La mayoría de las personas
piensan que pocos son los privilegiados que pueden trabajar en el sector que
realmente desean y que les apasiona, haciendo algo (creativo, innovador,
importante, serio, cualificado, etc) en una empresa grande, reconocida, multinacional,
abierta al cambio, flexible, etc.
Esa minoría que no se siente
privilegiada, piensa que sus trabajos no son creativos, innovadores o no
necesitan gran cualificación, por lo tanto no creen que estén haciendo nada
especial, y no saben lo equivocado que están.
Lo esencial aquí es saber valorar
la importancia de trabajar, personalmente, cuando más activa me encuentro es cuando más ocupada estoy, y
esa sensación es genial. El trabajar mantiene activo tu cuerpo y tu mente, y
eso es realmente saludable, además de un privilegio en los tiempos que corren.
La segunda consecuencia básica
del trabajo es el salario, el dinero que percibes te permite hacer “todo
aquello que quieres”, o si no es todo, parte. Después de cubrir las necesidades
más básicas, el cubrir las más caprichosas es muy agradable.
Pero afirmaciones básicas aparte,
me gustaría referirme al hecho de dedicar horas y horas de nuestras vidas,
años, meses, semanas y días, a hacer algo que no genera felicidad, más
bien lo contrario, frustración, tristeza, apatía y depresión.
Y es que, no importa que trabajo
estés realizando ahora, si era lo que soñabas o no, o para lo que te has
preparado o no, lo realmente importante es que seas capaz de hacerlo con amor y
dedicación, puesto que es de esa forma de trabajar, de donde vas a encontrar el
impulso para lograr el objetivo que realmente quieres.
Nunca serás plenamente consciente
de las posibilidades que tienes a tu alrededor, tantas como personas y circunstancias
se cruzan delante de ti, y puede que esa oportunidad (que siempre has tenido en
mente) esté frente a ti, por ello debes mostrar tu mejor cara, y la forma de
hacerlo, es hacer bien lo que tengas entre manos (tu trabajo).
Personalmente, a mis 28 años no
he conseguido dedicarme a lo que llevo años soñando hacer, pero cada trabajo
que he hecho, y el que hago actualmente, son los que me van formando personal y
profesionalmente, unos de una forma y otros de otra, pero son los pequeños
pasos que hay que dar para subir hasta el objetivo.
Cada trabajo, cada persona y cada
situación nos dan aprendizaje y oportunidades, ama tu trabajo sea el que sea,
hazlo bien, con dedicación y cariño, e intenta ser el mejor, supérate a ti mismo
y poco a poco será la situación la que se supere, dándote el lugar que te mereces
y que tanto has soñado.
Recuerda que todo trabajo tiene
valor, y de una forma u otra te harán crecer profesional y personalmente. Todo
está en ti.
“El camino al éxito, comienza con el recorrido de nuestros esfuerzos. Anónimo”