Es realmente desagradable el
momento en que tu empresa te comunica algo así, y es inevitable sentirse
frustrado, inseguro e incluso dolido.
Muchas personas pasan por esto a
diario, y más hoy día, y es un momento muy delicado. Pero no voy a hablar de la
lógica preocupación económica, prefiero hablar de aquello que realmente está a
nuestro alcance, y de aquello de lo que realmente sí somos dueños y es de nuestra
actitud ante este tipo de situaciones.
Al despido lo acompañan muchas
incertidumbres, te planteas tu valía personal y profesional, y dudas mucho de
ambas, el trabajo ocupa la mayor parte de nuestro tiempo, y es ahí donde se
basan nuestras principales relaciones personales. Y por supuesto, no se pueden obviar los miedos
sociales como el qué dirán, o qué pensarán de mí…etc.
Pero cuando se pasa este tiempo, y
consigues superar el shock y el pánico, debes entrar en calma, recapacitar y
hacerte esta pregunta, ¿realmente era feliz en mi puesto de trabajo?, ¿suponía éste un reto para mí?, ¿me hacía
desarrollarme profesionalmente? Y creo que en muchos, muchos de los casos, la
respuesta a esta pregunta es NO.
Entonces, como el pánico y miedo
ya están superados, debes pensar, y
plantearte la posibilidad de que simplemente estabas atado a un trabajo por la
comodidad y visible estabilidad que te daba el tener una ocupación semanal,
tener unas relaciones sociales y por supuesto, un sueldo mensual.
Y es entonces cuando hay que
actuar, no malgastes tu tiempo lamentándote, y muy importante, no tengas miedo
de lo que piensen los demás, acepta la situación que te viene como el momento
para cambiar, sé tú el dueño de la situación y no al contrario.
He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito.
Michael Jordan.
Debes empezar a ver el despido como la oportunidad para seguir avanzando en dirección al propósito que te
marcaste tiempo atrás y que abandonaste, o terminar esos estudios que una vez
empezaste pero nunca acabaste, o hacer ese cambio en tu vida que te pedía el
cuerpo hace mucho, pero nunca hiciste por no encontrar el momento.
Y cuando hagas todo esto, después de haber
caído, después de haber sentido miedo y haber dudado de ti, te acompañará la
madurez y la determinación, y lo más probable es, que aunque vuelvas a caer,
finalices todo lo que te has propuesto con éxito, y será entonces, cuando
agradezcas enormemente a tu jefe el día en que te dio la carta de despido.
El éxito es aprender de ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. Winston Churchill.
Hay gente esclava del "con el orgullo no se come" y se bajan los pantalones.
ResponderEliminarHay gente adicta a ver hoy lo que van a necesitar mañana y no disfrutaron el ayer.
Hay gente que acepta que su única función en la vida es postrarse ante un "superior".
Hay gente que duerme tranquila mientras les enseña a sus crías que hay que aceptar las cosas como son, como han sido siempre y siempre serán.
Pero sólo es eso.
Gente...
¡Jodida gente!
A mi no me despidieron, tuve la oportunidad de elegir marcharme, porque soy una inconformista. Bendita virtud :)