Inauguro mi primer post con una
pregunta que me he estado haciendo durante mucho tiempo: ¿Cómo mantener la
vocación en tiempos de crisis?
Estaba en segundo curso de mi
carrera cuando encontré el tecnicismo a lo que realmente me quería dedicar,
sabía que quería trabajar junto a otras personas (soy tremendamente sociable)
sabía que quería escucharlos y darles soluciones a sus problemas y dudas (de ahí
estudiar Derecho) y deseaba trabajar desde una perspectiva analítica y
resolutiva (soy observadora con estado natural “en calma”) la respuesta me la
dió M. Ángeles, técnico en Andalucía Orienta, ella dijo Recursos Humanos.
Al finalizar la carrera (2009)
comencé el Master en Gestión de Recursos Humanos en el Instituto de Estudios
Cajasol, maravilloso año junto a personas más maravillosas aún. Y en cuanto
terminó el año académico, empezó mi particular desazón: conjunto de crisis, “mala suerte”, o no dar el perfil.
Lo único que pretendía era poder
realizar unas prácticas en empresa, pero cada vez fue más difícil, o más
imposible…
Hasta que un día, mientras te
inscribes en una oferta-beca (no hay para más) en infojobs, tienes que
responder a la gran pregunta, ¿cuánto tiempo hace que finalizaste tus estudios?
el saber que es más de un año te baja la tensión, porque en ese año no has
obtenido experiencia alguna en el sector, y porque te das cuenta que el tiempo
pasa y no puedes hacer nada para remediar tu situación…
... e irremediablemente llega la
frustración.
Preso de este desagradable pero
natural sentimiento, empiezas a replantearte muchas cosas de tu vida, te entra
una especie de “titulitis” (inmensa obsesión por hacer muchos cursos y
conseguir más títulos), amplías tu búsqueda de trabajo (como becaria) por toda
la geografía española, empiezas a buscar ofertas en sectores nunca antes
inimaginables para los que no necesitas tus títulos, comienzas a darte cuenta
que realmente tu formación no es tan ideal como pensabas un año atrás, y es en
este momento, cuando piensas que todo lo hecho antes no sirve para nada.
Pero llega un día, mientras estás
en internet, tuiteando o leyendo un blog sobre recursos humanos, en el que te
das cuenta que realmente mereció la pena, que fue una elección por
auténtica vocación, y que llegará el día en que un entrevistador te vea
y a pesar de no tener delante de sí el mejor cv, sí tiene al mejor candidato,
el cual a pesar de haber visto demasiadas puertas cerradas y escuchado
demasiados no, ha seguido creyendo en sí mismo, que será bueno en su trabajo y
que conseguirá llegar lejos y hacer cosas realmente importantes.
Y cierto es que se conseguirá,
no será mañana ni el mes próximo, pero si en varios meses o el año que viene.
No es tarea fácil, pero hay que
trabajar en uno mismo cada día para mantenerse mentalmente activo y positivo,
y tener la confianza de que todo llegará, pero a su debido momento…
“Tanto si piensas que puedes, como si piensas que
no puedes, estás en lo cierto” Henry Ford.
No hay comentarios:
Publicar un comentario